sábado, 19 de noviembre de 2016

Segunda entrada: Un Cuento



LA JIRAFA TEODORA





Había una vez una jirafa llamada Teodora que tenía muy pocos amigos en la sabana porque miraba a todos por encima del hombro y se burlaba de ellos. Los animales intentaban alejarse de ella para no oírla.

Al hipopótamo le decía:
-          ¡Hipopótamo gordinflón! A ver si eres capaz de correr tan rápido como yo. Y así día tras día trataba con desprecio al pobre hipopótamo. 

Otro día le dijo:
-          ¡Hipopótamo cómo puedes tener esa enorme barriga!

El pobre hipopótamo, llamado Panzón, estaba cansado de sus comentarios hirientes y, a veces, le contestaba enfadado, pero la jirafa Teodora le respondía:
-¿Quién habla? ¿Dónde estás? Desde aquí arriba no te veo y apenas te oigo…

Otro día la jirafa le escondió la comida a Panzón, sin que el pobre supiera que Teodora la había guardado. Ella escondida detrás de un árbol observaba burlona lo desesperado que estaba el hipopótamo a causa del hambre.

Todos los animales de la selva se dieron cuenta de lo mal que trataba al hipopótamo Panzón.

Un día de verano se declaró un gran incendio en la sabana. Los animales huían asustados sin saber muy bien hacia dónde ir, porque había mucho humo y no veían.
La jirafa Teodora corría y corría sin preocuparse del resto de animales, pero sin darse cuenta metió la pata en un agujero y se cayó.

-¡Ay, ay, como cómo me duele la pata! Exclamó la jirafa Teodora empezó a sentir mucho miedo al ver que las llamas estaban cerca. 
 
El hipopótamo Panzón pasó cerca de allí y Teodora le dijo:

-¡Panzón, Panzón, ayúdame, por favor!
-No, no te puedo ayudar, porque con mi enorme barriga corro muy despacio y si me paro, las llamas me alcanzarán – respondió Panzón.

Pero Panzón arrepentido de lo que había dicho a Teodora, se dio la vuelta y la ayudó. Olvidándose de lo que la jirafa se había burlado de él. Los dos huyeron juntos de las llamas.

Cuando Teodora se vio a salvo se tumbó a descansar y pensó en lo que había pasado. Después se acercó a Panzón y le dijo:

-Perdóname por todo lo que te he dicho. Nunca más volveré a burlarme de ti.

El hipopótamo Panzón respondió:

-Te perdono, pero recuerda que yo soy diferente y no debes compararme contigo ni despreciarme.
Teodora dijo:
-¿Entonces puedo ser tu amiga?
-Claro que sí.- Respondió Panzón.

Los dos se miraron y empezaron a reír y jugar juntos.
Y desde entonces Teodora aprendió la lección y trató con respeto a todos los animales. Jugaba con todos y no se burló de ninguno.


Fin

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. Hola Jiayi.
      Me alegro que te haya salido bien y que te haya gustado.
      Y al igual que la jirafa Teodora aprendas el valor de la amistad.

      Gracias

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  2. Hola Leticia:

    Aquí tienes el cuento

    https://drive.google.com/a/salesianosatocha.es/file/d/0Bzdx6dN55swNeUxKRjhqMzBfQ3M/view?usp=drivesdk

    Un saludo 16Carlota.

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    1. Hola Carlota:

      Me ha gustado mucho como has leído el cuento. Has dado muy buena entonación. Y has cambiado la voz para los distintos personajes.
      Me ha resultado muy divertido.
      Muy buena lectura, se nota que lees mucho.
      Te animo a que sigas leyendo.

      Gracias,
      Leticia

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